Quiero compartir una anécdota que a muchos profesionales de TI nos resulta familiar y vale la pena contar.
Estábamos trabajando en un requerimiento habitual: un cliente solicitaba la creación de máquinas virtuales en una infraestructura de nube privada. Todo parecía estándar: CPU, RAM, almacenamiento… hasta que llegamos al ancho de banda de red.
El cliente especificó una velocidad concreta y, a simple vista, el número parecía razonable. Sin embargo, días después, uno de nuestros técnicos —con ese ojo clínico que da la experiencia— preguntó:
“¿Seguro que pidió esa velocidad en MB/s? ¿No quiso decir Mbps y hubo un error al escribir?”
¿Por qué la duda? Porque en redes es habitual usar Mbps (megabits por segundo), mientras que MB/s (megabytes por segundo) es una unidad menos frecuente en este contexto. Un detalle pequeño, pero que puede generar grandes confusiones: un error aquí puede llevar a sobredimensionar o subestimar la capacidad de red necesaria.
Al consultar con el cliente, la respuesta fue clara:
“No fue un error, realmente necesito esa velocidad expresada en MB/s.”
MB/s o Mbps: El gran dilema de las unidades
Conceptos básicos
- Mbps (megabits por segundo): unidad estándar en telecomunicaciones y redes. Es la medida habitual que usan los proveedores de Internet para expresar el ancho de banda. Ejemplo: “Mi conexión de fibra es de 300 Mbps.”
- MB/s (megabytes por segundo): unidad usada en almacenamiento y transferencia de archivos, discos duros, SSDs, etc. Ejemplo: “Este SSD tiene una velocidad de escritura de 500 MB/s.”
La diferencia fundamental
1 Byte = 8 bits → por lo tanto:
1 MB/s = 8 Mbps
Esto implica que 100 MB/s equivalen a 800 Mbps, ¡es decir, el cliente estaba pidiendo 8 veces más velocidad de lo habitual!
¿Por qué ocurre esta confusión?
Los bits por segundo tienen su origen en las telecomunicaciones (como en la era del telégrafo), mientras que los bytes por segundo se popularizaron con la computación para medir almacenamiento y transferencia de datos.
Los proveedores de Internet suelen usar Mbps porque los números parecen más grandes y atractivos para el consumidor (por ejemplo, 100 Mbps vs. 12.5 MB/s).
Ejemplos prácticos
Descarga de un archivo de 1 GB
- Con una conexión de 100 Mbps:
- Velocidad aproximada = 12.5 MB/s
- Tiempo de descarga ≈ 1 minuto 22 segundos
- Con una conexión de 100 MB/s (800 Mbps):
- Tiempo ≈ 10 segundos
- Una diferencia enorme
Streaming en 4K
Netflix recomienda al menos 25 Mbps (≈3.125 MB/s). Si el cliente hubiera pedido 25 MB/s (200 Mbps), estaría sobredimensionando el ancho de banda para una tarea que no requiere tanta velocidad.
¿Cuándo usar cada unidad?
- MB/s: Para proyectos que involucren transferencia masiva de datos —como backups, migraciones, edición y renderizado de video— donde importa la velocidad real de transferencia de archivos.
- Mbps: Para servicios en la nube, acceso a Internet, VoIP, aplicaciones web y en general, tráfico de red.
Conclusión
Este episodio nos recordó una regla de oro en TI:
“Cuando veas MB/s en un requerimiento, detente y pregunta para no asumir.” 😅
Pequeños detalles como este marcan la diferencia entre una implementación exitosa y un proyecto con problemas por sobredimensionamiento o fallos en la entrega.